Llegan más policías kenianos a Haití para combatir a pandillas criminales
PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) — Un segundo contingente de 200 policías de Kenia llegó el martes a Haití para reforzar una misión respaldada por la ONU y encabezada por el país africano para combatir a las violentas pandillas en la atribulada nación caribeña.
Los policías llegaron casi un mes después de que el primer contingente de 200 elementos aterrizó en Puerto Príncipe, la capital haitiana, donde las pandillas controlan al menos 80% del territorio.
La semana pasada, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó en duros términos los “niveles extremos de violencia armada” en Haití que están minando la paz, estabilidad y seguridad en el país y la región.
Las autoridades no han dado detalles sobre las tareas de los kenianos, por cuestiones de seguridad, aunque periodistas de The Associated Press los han visto patrullando áreas cercanas al aeropuerto internacional, que volvió a abrir en mayo después de que la violencia de las pandillas obligara a cerrarlo durante casi tres meses.
“Estamos felices de trabajar hombro con hombro con los kenianos”, dijo Normil Rameau el nuevo jefe de la Policía Nacional de Haití poco después de la llegada de los elementos. “En nombre del gobierno, les damos una cálida bienvenida”.
Se espera que en las próximas semanas lleguen más kenianos, a los cuales se unirán policías y soldados de Bahamas, Bangladesh, Barbados, Benín, Chad y Jamaica, para conformar un total de 2.500 elementos. Serán desplegados en fases, con un costo de alrededor de 600 millones de dólares al año, según el Consejo de Seguridad de la ONU.
La misión encabezada por los kenianos tiene como objetivo reforzar a la Policía Nacional de Haití, que no cuenta con suficientes elementos ni financiación, y que únicamente tiene unos 10.000 policías activos, en un país de más de 11 millones de habitantes.
Otro objetivo de la misión es acabar con las pandillas, las cuales han sido acusadas de matar a más de 4.450 personas el año pasado y herir a otras 1.668, de acuerdo con la ONU, más del doble en comparación con el año anterior. Más de 1.500 personas fueron asesinadas o lesionadas en los tres primeros meses de este año.
Aunque algunos haitianos ven con buenos ojos la llegada de los kenianos, otros se muestran cautelosos.
“El temor de los haitianos es que esta misión, como ha ocurrido en el pasado… sólo logre una reducción temporal de la violencia”, dijo Diego Da Rin, del International Crisis Group, quien estuvo recientemente en Haití. Da Rin señaló que algunos políticos propietarios de negocios han estado ligados desde hace tiempo con las pandillas, y advirtió que la crisis continuará “en tanto no se aborden los problemas de la impunidad y la corrupción”.
Otra preocupación es que la policía keniana ha enfrentado durante años acusaciones de abusos en su país, entre ellos, ejecuciones extrajudiciales. Su conducta provocó un renovado escrutinio luego de que abrieran fuego contra manifestantes en semanas recientes.
Además, una intervención anterior, la misión de pacificación de la ONU (2004-2017) se vio manchada por acusaciones de violencia sexual y la introducción del cólera, que provocó la muerte de casi 10.000 personas.
Jean-Marc Etienne, de 49 años, que hace un año perdió su vivienda debido a la violencia de las pandillas, dijo que no ha visto patrullar a los kenianos desde la llegada del primer contingente en junio.
“La seguridad no ha mejorado”, dijo, mientras empujaba una carretilla llena de caña de azúcar frente a un polvoriento camino cerca del aeropuerto. “Y para colmo, los secuestros han vuelto a empezar”.
Él y su familia han vivido en el patio de un amigo debajo de una lona, expuestos al sofocante calor y a las fuertes lluvias mientras buscan un refugio más seguro.
En años recientes, las pandillas también han dejado sin hogar a más de medio millón de haitianos.
“Aún no se realiza ninguna acción”, dijo Mario Jean-Baptiste, de 39 años, mientras caminaba frente al aeropuerto y daba un vistazo, tratando de ver a los kenianos. “Eso es con lo que cuenta el pueblo haitiano”.
Dijo que los haitianos aún no pueden transitar libremente por Puerto Príncipe, y que muchos no tienen un lugar para dormir ni nada para comer: “Viven como perros”.
La violencia empeoró cuando las pandillas lanzaron ataques coordinados a finales de febrero. Abrieron fuego contra el principal aeropuerto internacional, irrumpieron en más de dos docenas de estaciones de policía y tomaron por asalto las dos mayores prisiones de Haití, liberando a más de 4.000 reos.
Al final, los ataques produjeron la renuncia del ex primer ministro, Ariel Henry, que había solicitado urgentemente el despliegue de fuerzas extranjeras en octubre de 2022.
Su renuncia, a finales de abril, fue seguida por el nombramiento de un consejo presidencial de transición y de un nuevo primer ministro, Garry Conille.