Drones ucranianos provocan una nube de gas gigante. Moscú dice a la población «que no se preocupe»
Ucrania sigue atacando con sus drones las plantas de producción de combustible rusas con el objetivo de golpear las principales fuentes de ingresos del Kremlin
El ataque de un escuadrón de drones a una de las mayores plantas electroquímicas del planeta, situada en la ciudad de Astracán, al sur de Rusia, generó una enorme nube de gas natural cuyo olor ha provocado el pánico entre la población local, El gobernador de la ciudad, Igor Babushkin, le ha quitado hierro al asunto y ha asegurado que el escape no es peligroso y que el olor a gas proviene de los trabajos de reparación para reanudar la producción en la planta.
«El gas natural no es peligroso para la salud en espacios abiertos: en un futuro próximo se normalizará el estado del aire atmosférico», afirma Babushkin en una publicación de Telegram. «Quiero advertir a los residentes de Astracán, en los próximos días antes de que la planta vuelva a su modo de funcionamiento programado, estas situaciones son posibles. Que no cunda el pánico».
El gobernador de Astracán ha explicado que al reiniciar el funcionamiento de la planta se liberó gas que luego se tuvo que prender con fuego para su eliminación, “como en una estufa de gas doméstica». Además, el servicio meteorológico, asegura, ha pronosticado que la nube de gas se iría alejando gradualmente de la ciudad.
Según informa Reuters, Babushkin no ha aclarado qué producción se estaba reiniciando en estos momentos ni cuánto se tardará en restablecer el suministro. Aunque fuentes de la industria consultadas por la agencia de noticias aseguran que es probable que la Planta de Procesamiento de Gas de Astracán suspenda la producción de combustible para motores durante varios meses.
Los drones, un puñal para el combustible ruso
La planta de Astracán es una de las mayores del mundo. En 2024 procesó 1,8 millones de toneladas de condensado de gas estable y produjo 800.000 toneladas de gasolina, 600.000 toneladas de gasóleo y 300.000 toneladas de fuelóleo.
Este ataque con drones se enmarca dentro de una nueva estrategia ucraniana que tiene como objetivo golpear la principal fuente de ingresos del Kremlin ante unos embargos que todavía no afectan a todo el petróleo ruso.
En la noche del 30 al 31 de enero, drones ucranianos alcanzaron la refinería de Nizhni Nóvgorod, en la localidad de Kstovo, a más de 800 kilómetros del frente de batalla. La destrucción de esta instalación podría haber mermado hasta en un 5% la capacidad total de refinado de Rusia, según estimaciones preliminares.
También atacaron el oleoducto Druzhba, cerrando el paso de una de las principales arterias energéticas del país. El oleoducto transportaba diariamente entre 750.000 y 800.000 barriles de crudo hacia refinerías en Polonia, Alemania, Hungría, Eslovaquia y la República Checa. Su capacidad máxima asciende a 1,4 millones de barriles por día, lo que lo convierte en una pieza clave del suministro energético de Europa Central.
