Falta de criterio técnico en Santo Domingo Este: El herbicida está acabando con el ecosistema y el equilibrio natural
En Santo Domingo Este, las autoridades municipales han optado por una polémica práctica: la fumigación con herbicidas en parques, calles, avenidas y áreas emblemáticas como las cercanías del Faro a Colón. Lo que debería ser una estrategia para embellecer y mantener las áreas verdes se ha convertido en un ataque directo al ecosistema local, generando un daño profundo en el paisaje, la fauna y el medio ambiente.
El uso de herbicidas no solo arruina la apariencia de las gramas, dejando terrenos áridos y quemados, sino que está eliminando especies animales y vegetales que forman parte del delicado equilibrio natural de estas áreas. Las zonas verdes urbanas no son solo decorativas; son refugios para aves, insectos, reptiles y pequeños mamíferos que desempeñan roles esenciales en la biodiversidad. Estos ecosistemas también contribuyen al control de plagas, la polinización y la regeneración del suelo.
Con la aplicación indiscriminada de químicos tóxicos, muchas de estas especies están siendo desplazadas o muriendo, rompiendo cadenas alimenticias y procesos naturales. Los herbicidas contaminan el suelo, destruyen microorganismos esenciales para su fertilidad y afectan fuentes de agua cercanas, comprometiendo la salud de todos los seres vivos que dependen de ellas.
El impacto ambiental es evidente, pero el problema también afecta directamente a los ciudadanos. Los parques y avenidas deberían ser espacios de recreación, descanso y conexión con la naturaleza. Sin embargo, el daño visual de las gramas marchitas, combinado con los riesgos de contaminación para los niños, animales domésticos y la comunidad en general, crea un entorno que lejos está de ser saludable y acogedor.
Lo más preocupante es que esta práctica demuestra una alarmante falta de criterio técnico por parte del ayuntamiento. En lugar de apostar por soluciones sostenibles y amigables con el medio ambiente, como la poda adecuada, el compostaje o la siembra de plantas nativas, se recurre a medidas que destruyen lo que se supone deberían preservar.
La comunidad de Santo Domingo Este debe alzar la voz y exigir un cambio inmediato. Es urgente que las autoridades cesen el uso de herbicidas en áreas verdes y adopten políticas de manejo ambiental responsables. No podemos permitir que decisiones carentes de conocimiento técnico sigan acabando con el ecosistema local, comprometiendo el equilibrio natural y la calidad de vida de las futuras generaciones.
Las áreas verdes son patrimonio de todos. Protegerlas no es solo un deber, es una necesidad para garantizar la sostenibilidad de nuestra ciudad y del planeta. Es hora de que las autoridades actúen con responsabilidad y compromiso. ¿Qué esperamos para tomar acción?