Canciller Dominique Dupuy, Injerencista
Es fundamental que la canciller haitiana Dominique Dupuy recuerde que la República Dominicana es un país con un estado estructurado, respaldado por una constitución y un marco legal que rige nuestra convivencia. Somos un país que respeta las leyes de otras naciones y los derechos humanos. En contraste, Haití enfrenta serios desafíos, siendo dirigido por una oligarquía corrupta que obstaculiza su avance y mantiene a su pueblo en la pobreza extrema.
No hay duda de que a usted y a su círculo le preocupa más hacer denuncias sobre deportaciones y supuestas violaciones de derechos ante la ONU y otros organismos internacionales, que abordar la alarmante situación de los 115 haitianos muertos en un solo día a manos de bandas que operan sin control en su país. ¿Acaso para ustedes esos ciudadanos no tienen derecho a vivir? La falta de hospitales para atender a parturientas y enfermos, la carencia de escuelas para niños y jóvenes, y la ausencia de viviendas seguras son problemas que deben ser prioritarios para su gobierno.
¿Es que sus nacionales no merecen esos derechos fundamentales en su propio país?
Canciller Dupuy, es hora de que exija a la oligarquía que los gobierna que garantice esos derechos a sus ciudadanos. La República Dominicana no va a seguir cargando con responsabilidades ajenas propias de su país.
Nuestro país es independiente. Ni la oligarquía haitiana ni organismos internacionales nos impondrán condiciones. Nuestra constitución y leyes se respetan y se cumplen. Nuestra soberanía se ha defendido con sangre, y si fuera necesario, lo haríamos de nuevo.
Las deportaciones continuarán hasta que se cumpla totalmente con la ley.