La emergencia que no ven los regidores en las cancelaciones del ASDE
Según el artículo 262 de nuestra Constitución, el Presidente de la República, con la autorización del Congreso Nacional, puede declarar el estado de emergencia. Esto significa que los regidores no tenían facultad para asignarle 280 millones de pesos al alcalde de Santo Domingo Este para que los maneje con la discreción y la celeridad de un estado de emergencia.
Con el hecho consumado, lo mínimo que debían hacer los concejales de Santo Domingo Este era proteger a los empleados del ayuntamiento para evitar que fueran cancelados de manera injustificada en medio del supuesto estado de emergencia. Se supone que el estado de emergencia debe proteger a todos los empleados del área afectada por la emergencia.
Esta semana hemos recibido una denuncia tan inhumana y bochornosa que nos resistimos a creer. Según diversas fuentes, a finales del pasado mes de junio, una considerable cantidad de obreros y empleados de bajos ingresos del ayuntamiento descubrieron que no les habían depositado su salario en su cuenta de nómina al ir a cobrar. A pesar de haber trabajado todo el mes, no se les pagó porque algunos fueron desvinculados desde el 1.º de junio, y los más afortunados fueron cancelados sin darse cuenta entre el 10 y el 15 de ese mes, recibiendo solo una proporción del salario.
Después de no recibir el pago y al reclamar en Recursos Humanos, algunos supuestamente descubrieron que fueron cancelados por “abandono de trabajo” para evitar pagarles prestaciones. La mayoría de estas personas enfrentan una situación doblemente amarga, ya que trabajan largas horas, a menudo bajo presión, y al final del mes no reciben su sueldo completo o apenas una parte.
La semana pasada, los pasillos de la segunda planta, donde se encuentra Recursos Humanos, se convirtieron en un mar de lágrimas para los empleados cancelados que no recibieron su salario o lo recibieron incompleto.
La supuesta política del alcalde de reducir el personal sin pagarles las prestaciones correspondientes ha afectado principalmente a obreros y empleados con muchos años de servicio. Esta situación obligatoria de liquidación desata una alarma que los regidores de Santo Domingo Este no pueden ignorar.
Antes del paso del Huracán Beryl, observábamos en los medios y las redes brigadas de otros ayuntamientos del
Gran Santo Domingo, incluido el Ayuntamiento del Distrito Nacional, podando árboles, limpiando cunetas y recogiendo escombros, pero no así en Santo Domingo Este. Me sorprendió no ver al alcalde, conocido por su conducta bultera y mediática, realizando videos con un caco de ingeniero y rodeado de obreros. Al preguntar a varios empleados, nos informaron, en tono temeroso, que habían cancelado a muchos obreros y el alcalde no tenía con quien hacer el bulto.
Esta noche, al legar mi casa, le pregunté a mis hijos si era posible que con una visita al malecón de la avenida España el alcalde podía decir con certeza que Beryl daño ese malecón en un 60%.
Mi hijo mayor, que estudia arquitectura, miró a su hermano menor, estudiante de ingeniería, y ambos respondieron al unísono que no creen que el alcalde tenga la capacidad de hacer ese cálculo a simple vista. En ese momento, comprendí que podría ser un ataque velado hacia David Collado; ese será tema de otro artículo. Lo importante hoy es saber si los regidores seguirán ignorando la urgencia de detener las cancelaciones de empleados en el Ayuntamiento de Santo Domingo Este.